Discurso VI Graduación Katartismos 2015


Hebreos 4:12 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
" Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón" ¿Por qué estudiar la Palabra de Dios?, o más bien ¿Por qué apasionarse por la palabra de Dios? La respuesta es poderosa. Porque la palabra de Dios es la palabra de acción de Dios, el verbo de Dios, y el verbo de Dios, es Jesús el Cristo. Al igual que nuestro Cristo vive hoy, a diferencia de todos los dioses e ídolos que el hombre ha venerado; su palabra es viva y eficaz, y superior a todo escrito producido por el hombre o cualquier ser creado. La Palabra es la respuesta a las grandes victorias del cristianismo a través de los siglos, y también es la respuesta a las derrotas, recesiones y estancamientos de la iglesia. La palabra es la respuesta a la situación actual de la iglesia, y también es la solución. Amados hermanos, en la palabra de Dios tenemos la victoria asegurada y sin temor debemos abrazarla, las tinieblas temblarán una vez más cuando la iglesia se vuelque a la palabra de Dios. Y damos gracias a Dios por katartismos, por su labor de llevarnos hacia las escrituras.Junto a mis compañeros guardaremos gratos y valiosos recuerdos de cada uno de nuestros maestros. Cada uno de ellos nos dejó una perspectiva diferente y válida de las escrituras, y también muchos momentos alegres que recordaremos siempre. Nos convertimos en expertos escribas al recibir horas y horas de dictado acerca de la vida de nuestro Señor, y gozosamente tratábamos recuperar la mano cada semana para recibir el día martes esa valiosa enseñanza. También recordaremos esa poderosa y fervorosa enseñanza de nuestro maestro de apologética, que seguramente hizo que el vecino sordo de la quinta cuadra se arrepintiera de su ateísmo y siguiera a Cristo. Las oraciones de 4 segundos de nuestro maestro de escatología nos demostraban su deseo por comenzar rápidamente la clase, y también recordamos aquella línea de tiempo que fielmente
representaba en el pizarrón cada martes, sin faltar ninguno, y que nos clarificaba el panorama apocalíptico. Nunca olvidaremos aquella línea de tiempo, aunque lo intentemos. También recordaremos aquel maestro que nos intentaba judaizar en clase, nos confrontaba, nos confundía muchas veces, pero finalmente, nos traía a la verdad. Nos ofreció nuestro primer espacio para presentar un sermón, y también momentos de risa, demasiados momentos de risa. Otro de nuestros maestros tenía su famoso momento musical, él tenía una canción para toda situación imaginable, con sencillez y pasión, nos entregó sus conocimientos. Cada maestro, sin faltar ninguno, tiene un estilo que lo distingue y una gracia particular. Valoramos y reconocemos el esfuerzo, la dedicación y la pasión de cada uno de los maestros que intervinieron en nuestro proceso de aprendizaje, y damos gracias a Dios por su valioso aporte en nuestra formación bíblica y teológica.

Como grupo de estudiantes también vivimos un proceso de maduración, la mayoría adolescentes al ingresar a primer año. Muchos de nosotros fuimos tomando conciencia en el camino; conciencia de lo trascendental que es el conocer las escrituras, y también al ver el esfuerzo de nuestros hermanos mayores, fuimos amando cada vez más el estudio de las
escrituras. Formamos lazos de amistad, de compañerismo, de sana competencia, y por sobre todo de hermandad. Como en todo grupo humano se presentaron ciertos personajes particulares. No faltaba el distraído, que ante toda pregunta respondía con un “mmmm nose tio”. O el de las respuestas de niño sabiondo, o también el nervioso, que
sagradamente debía salir mínimo 2 veces por clase a quien sabe qué, pero tenía que salir.Los atrasados con la cara de felicidad para que no los reten, o la que llegó a clases justo el día que no había, o la hermana iluminada por un haz de luz que solo el maestro podía ver. Cada uno de nosotros vivió de forma distinta el proceso y aprendimos a conocernos,
valorarnos y respetarnos.

Damos gracias a Dios por todas las experiencias vividas, pero también debemos preguntarnos sobre qué sucederá después. Esta graduación no puede ser el final de nuestro camino con las escrituras, debe ser el comienzo. Como decía al comenzar esta intervención, las escrituras son la solución a la situación actual de la iglesia, y no debemos presentarnos ajenos a tal situación. El orden de Dios está plasmado en las escrituras, y la sociedad necesita gente que haga vida lo que dice el libro. Hemos sido llamados a ser hombres y mujeres de Dios, enteramente preparados para toda buena obra. Personajes activos dentro de la obra de Dios, no pasivos. Y por ello los invito queridos compañeros, al
igual que a todos los presentes, a abrazar firmemente la palabra y no soltarse de ella, a no acomodarla ni manipularla. No hagamos blanda un arma que es aguda, sólida, y victoriosa por naturaleza. En todo lugar y situación donde el señor nos llame, debemos guardar su palabra, porque en ella encontraremos siempre la mejor dirección para nuestra vida, y la victoria por sobre toda adversidad. Las tinieblas y todo su constructo temblarán una vez más cuando la iglesia se vuelva totalmente a la palabra de Dios. Cuando el pueblo de la cruz ponga a la palabra por sobre las autoridades, por sobre la sociedad y por sobre su propia vida. La sola scriptura inspirada por Dios. Y Cristo es la palabra. Que así sea.

Por último y más importante que todo. Damos gracias a nuestro gran Dios por toda la enseñanza recibida y por permitirnos llegar hasta esta instancia. Solo a él sea toda gloria y todo reconocimiento por los siglos de los siglos. Que así sea.

Muchas gracias.

Discurso VI graduación Katartismos 2015